C iudad Juárez, Chihuahua. 15 de septiembre de 2015. (RanchoNEWS).- Los festejos patrios van más allá del 15 de septiembre y 20 de noviembre, fechas en que la libertad fue el estandarte para un proceso de mejoras de la población. Y es que varios personajes, más allá de la época de Independencia y Revolución, propusieron sus ideas para formar lo que hoy es México. Saúl Trujano reporta para Excélsior.
Un ejemplo es el periodista y filósofo Ignacio Ramírez, El Nigromante, hombre clave en la constitución de 1857 y cuyas ideas rigen actualmente.
Fue dueño de un reloj que antes perteneció al hombre que levantó la patria, pero un buen día lo cambió para propulsar una de las mayores obras sociales de la época.
Nacido en San Miguel El Grande (Hoy San Miguel de Allende), Guanajuato, Ramírez creció con las raíces más que forjadas en la vida indígena, al ser sus padres parte de esta comunidad marginada hasta nuestros tiempos.
A pesar de ello, su progenitor José Lino Ramírez lo dirigió a las altas esferas de la academia y la política. Eso fue clave para su formación liberal, que le ganó el seudónimo de El Nigromante al pronunciar un discurso de ingreso a la Academia Literaria de San Juan de Letrán en el que planteaba la indestructibilidad de la materia y por tanto negaba la existencia de un Dios. Tenía 19 años y debido a su propuesta ideológica fue llamado el Voltaire Mexicano.
Su curiosidad le condujo al periodismo. En 1845, fundó, junto a Guillermo Prieto y Vicente Segura, la publicación quincenal satírica Don Simplicio, con un sello controversial en lo que escribía y por ello firmó desde su primer artículo como El Nigromante.
En esta publicación, Ramírez se mostró crítico en todo momento ante temas como la falta de estructura gubernamental, prueba de ello el artículo A los viejos, en el que censura todas las constituciones que habían estado vigentes y aboga por una completa reforma política, religiosa y económica del país.
En muchas ocasiones, esas críticas le llevaron a la cárcel, pero insistió en sus ideales y eso lo llevó a ser clave en la Constitución de 1857, que reflejó el liberalismo mexicano al sentar las bases del estado laico y también aportó a la educación gratuita. «Su padre era vicegobernador del estado de Querétaro y llegó a conocer a Miguel Hidalgo. En un onomástico le regaló (a don Ignacio) un reloj de Hidalgo», narra Emilio Arellano, nieto de El Nigromante. El descendiente abundó en entrevista respecto del que quizá sea el momento clave en la obra social de Ramírez.
«Fue a una casa de empeño en Toluca y vendió el reloj: compró una prensa usada y aguantó reclamos del gobernador, que le recriminaba por haber sido profano al vender una reliquia de la Independencia. Sin embargo, cuando el gobernador lo iba a despedir, vio que don Ignacio, durante las noches, había hecho con papel de estraza los primeros libros de texto gratuitos». Según Arellano, eso no sólo evitó que perdiera el trabajo, sino que cambió la educación de México: «El gobernador dijo que lo harían un proyecto de la entidad y de ahí se estableció en todo el país, pero como estaba distanciado de (Benito) Juárez, se atribuyeron todos esos logros a Gabino Barreda».
En el INEHRM
El Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México imparte el curso «La historia constitucional: La Constitución de 1857»; inició el martes pasado y terminará el 15 de octubre.
Las siguientes ponencias son: Los diputados constituyentes de 1857, de Gerardo Laveaga (22/09); Los grandes debates del Constituyente de 1857, de José Gamas, y La discusión entre liberales y conservadores sobre la tolerancia religiosa, 1856-1857, de José Barragán (24/09); Contenido y estructura de la Constitución de 1857, de José María Serna (1/10); Las garantías individuales en la Constitución de 1857, de Daniel Márquez (6/10); La Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma, de Roberto Blancarte (8/10); Las reformas a la Constitución de 1857, de Imer Flores (13/10), y La vigencia de la Constitución de 1857, de Rubén Ruiz (15/10).
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