C iudad Juárez, Chihuahua. 6 de noviembre de 2020. (RanchoNEWS).-Ultraceloso y empedernido infiel, a la vez. Amante de todas, enamorado de una, también. O de una, de a una, a contar por todas las mujeres con las que convivió. Pocas composiciones en el largo y ancho mundo de la música popular latinoamericana, entonces, que hayan conjugado vida y obra como la de Agustín Lara. Pocas entre sus canciones más emblemáticas escapan al monotema del amor y sus giros eróticos. Casi ninguna en la que no haya una mujer como musa, celebración o perdición. Como inspiradora de poemas, o causante de depresiones y soledades. Otro tiempo, claro.
Tanto, que hoy viernes se cumplen cincuenta años de su muerte, aunque no parezca. Y no es que murió joven. Cuando ingresó al hospital inglés de Ciudad de México -fruto de un sufrimiento que arrastraba de años por mezclar tabaco, coñac y malos hábitos alimenticios- tenía 73 años. Según él, había nacido en el siglo XIX -el 1° de octubre de 1897- bajo un nombre imposible de nombrar sin trabarse: Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino. Su cuna, siempre siguiendo su versión, fue Tlacotalpan, colorido paraje ubicado al sureste de Veracruz.
Una nota de Cristian Vitale para Página/12