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lunes, julio 08, 2013

Noticias / Argentina: Comienza la 23ª Feria del Libro Infantil y Juvenil

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La Feria tendrá entrada libre y gratuita hasta los 18 años. (Foto: Pablo Piovano)

C iudad Juárez, Chihuahua. 8 de julio de 2013. (RanchoNEWS).- «Abracadabra/ pata de cabra» es un conjuro que aflora en el paisaje sonoro de la memoria de unos cuantos padres. En el momento de mayor expectativa de un truco, cuando el espectador tiene los ojos como platos majestuosos y quizá la boca abierta, el mago en cuestión pronuncia esa frase encantadora, que tiene muchas variantes y versiones. El mago más famoso del mundo, Harry Potter, también la invoca. «La magia continúa» es el lema de la 23ª Feria del Libro Infantil y Juvenil, que comienza hoy en el Centro de Exposiciones de la Ciudad de Buenos Aires. Hasta el 27 de julio, con entrada libre y gratuita hasta los 18 años, los chicos que ya pueden presumir de su voracidad lectora, aquellos que andan tanteando el terreno y picoteando el alpiste de sus primeras páginas, y quienes todavía se acercan a los libros con una mirada torva cargada de reproches o suspicacias, todos los chicos y también los adolescentes, pueden entrar sin tener que tocar la puerta. Una nota de Silvina Friera para Página/12:

Como un conjunto de átomos y moléculas que forman una estructura compleja, el libro es la célula principal de un menú que incluye obras de teatro de la Galera, El juglar, El murgón de la esquina, Puro Grupo y Compañía Rara Avis; un taller de escritura para adolescentes a cargo de Ariel Bermani; espectáculos musicales y recitales de Magdalena Fleitas, Miranda, Los Heavysaurios y La Orquesta de Cuerdas; narraciones, lecturas de cuentos y un espacio joven –novedad de esta edición– con talleres de cosplay, cultura comic, cultura gamer, DJ, hip hop, slam de poesía, escritura, dibujo y encuadernación.

Más allá del rostro visible, de la diversidad y variedad de propuestas culturales para toda la familia, la Feria también articula un espacio para aceitar el debate. «Pócimas secretas» se titula el Encuentro de Profesionales y Docentes, ideado para la reflexión y el intercambio de experiencias en el ámbito de la literatura infantil y juvenil en Argentina y en el mundo. Entre los especialistas invitados que participarán en talleres y mesas redondas durante el 15 y 16 de julio se destacan el chileno Mauricio Paredes –a cargo de la conferencia de cierre «Cómo (no) leen los niños y los jóvenes de hoy»–, Javier Arévalo (Perú), Alexiev Gandman (Argentina), Grazia Gotti (Italia), Sophie Hofnung (Francia), Silke Kleemann (Alemania) –traductora de Cómo cocinar un plato volador de Sergio Olguín–, Ana Amalia Lafont (Argentina), Carola Martínez (Chile) y Mariela Nagle (Argentina). Podrán asistir libreros, editores, estudiantes, ilustradores, escritores y todos aquellos profesionales interesados en el libro infantil y juvenil. Otra actividad en la misma sintonía son las «Jornadas para docentes y mediadores de lecturas», que se realizará el 18 y 19 de julio, orientadas a docentes de todos los niveles, bibliotecarios, estudiantes, profesionales del área de la salud, de la educación especial y agentes de espacios comunitarios. Manuel Peña Muñoz (Chile) será el encargado de la apertura de estas jornadas, que contarán con especialistas nacionales y extranjeros como Liliana Bodoc, María Teresa Ferrer, Claudia Gilardoni, Catalina Infante, Istvansch y María Teresa Muñoz, entre otros.

El desafío de incluir a los adolescentes

«La magia de los libros siempre está presente –plantea Gabriela Adamo, directora de la Feria, a Página/12–. Que la Feria del Libro Infantil se pueda seguir haciendo, que tenga quién la apoye y la pueda venir a disfrutar es también la magia de los libros pasados de mano en mano.» Adamo subraya el hecho de que por primera vez habrá una «Zona Joven» con talleres de cosplay, cultura comic, hip hop, slam de poesía y mucho más. «Teníamos una cuenta pendiente con los jóvenes. Aunque desde el nombre aparece la palabra juvenil, siempre se volcó el mayor esfuerzo en los más chicos. Nos dimos cuenta de que la franja de secundario, entre 12 y 18 años, había perdido el interés en venir a la Feria –reconoce la directora–. Nos preguntamos mucho por qué y qué teníamos que hacer para atraerlos. Esto no implica dejar de lado a los más chicos, pero es un trabajo que está más encarrilado no sólo por esta feria, sino por las editoriales y las librerías que tienen un montón de cosas para ellos, saben cómo acercarse y hay muchos intermediarios, empezando por los padres, que todavía juegan un rol muy fuerte. Pero en el secundario empieza a dispersarse y perderse. Nos interesa trabajar intensamente con los adolescentes. Salvando las diferencias, ya lo hicimos en la ‘Zona Futuro’ de la Feria grande, que también apunta a la franja más joven, y sobre la base de esa experiencia, tomamos el desafío de tratar de que la Feria sea un lugar para los chicos no tan chicos.»

Otra novedad –otra cuenta pendiente– es el taller de narrativa para jóvenes a cargo de Ariel Bermani, tres encuentros (el 13, 17 y 20 de julio) para escribir y compartir los textos que surjan a partir de un manojo de consignas. «La escritura viene de la mano de la lectura, las dos son socias, y creemos que los chicos que leen son chicos a los que les gusta escribir. Queremos darle un espacio mucho más importante a la escritura. Empezamos este año y estamos muy entusiasmados porque tenemos un camino muy lindo por recorrer», augura Adamo. Los nombres de las salas en el Centro de Exposiciones van cambiando edición tras edición. En esta ocasión una de las salas se llama Elsa Bornemann, un modo de homenajear a la autora de Un elefante ocupa mucho espacio, que murió el 24 de mayo pasado a los 61 años. «Es una escritora entrañable para los lectores de mi generación, pero también para los más chiquitos, que la siguen leyendo en los colegios», dice la directora de la Feria.

La programación tiene un par de clásicos, como el espacio cotidiano y en continuado para las narraciones, donde contarán Claudio Ledesma, Andrea Martinoli, Juan Ignacio Jafella, Paula Martín y Roxana Pruzan; la «Zona explora» para descubrir que la ciencia y la tecnología son hechos de todos los días, con talleres, experimentos, armados de maquetas, magia y partidas de ajedrez, y «El Rincón de Ciencias Melquíades», apto para todo público, con súper experimentos, talleres vivenciales de magnetismo y experiencias con burbujas gigantes. «Hoy nos lee», un ciclo diario de lecturas de cuentos, siempre a las 18, en hall central, tendrá como protagonistas a Estela de Carlotto, Gerardo Rozín, Narda Lepes, Nicolás Pauls, Gabriel Corrado, Carla Conte, Diego Golombek, Laura Fidalgo, Laura Azcurra, Sebastián Wainraich y Muriel Santana, entre otros. «Los clásicos están, como siempre. Quiero que quede muy claro que el énfasis en los más jóvenes no va en desmedro de las actividades clásicas, como la narración, el teatro y los recitales. Queremos seguir siendo un paseo alternativo en las vacaciones de invierno, que por un precio muy bajo que paga la mamá o la abuela que los lleva, las familias tengan una gran oferta cultural», sintetiza Adamo.

El abanico de propuestas, lo ecléctico de la programación, es para festejar. «Magia a cuadritos», la cuarta edición del Festival de Historietas, se realizará hacia el final de esta feria, el 26 y 27 de julio. Habrá talleres sobre cómo crear una historieta, cómo crear un personaje de historieta, cómo se habla en las viñetas, entre otros menudos asuntos, que contarán con la participación de Banda dibujada –César Da Col y Javier Suppa–, J. J. Rovella, Salvador Sanz, Diego Aballay y Dante Ginevra, entre otros. Todas las tardes, a las 17 y 18 horas, un coro distinto de voces encantadas recibirá a los chicos. La literatura policial llega a la Feria. Por primera vez BAN! –Buenos Aires Negra, Festival Internacional de Novela Policial– articuló en complicidad con la Fundación El Libro –organizadora de esta Feria– talleres, charlas con autores y narraciones para el sábado 13, el lunes 15, el jueves 18, el sábado 20, el lunes 22 y el jueves 25 de julio. Los jóvenes cinéfilos podrán competir en un concurso de cortos de terror. En principio habrá que rumbear hacia el Centro de Exposiciones con un celular con cámara, un Ipad, una cámara de fotos o una tablet para poder filmar sus propios cortos. El Festival Buenos Aires Sangre les enseñará cómo filmar sus propias películas en la Feria.

Los sueños de la ilustradora

Dolores Avendaño, la ilustradora de Harry Potter, estará por primera vez en la Feria en una charla interactiva con los chicos. «Mi vida fue profundamente afectada por los libros. Desde que tengo memoria, soñé con ser ilustradora. No sé si a los cuatro o cinco años, cuando miraba una colección de cuentos de hadas y veía las ilustraciones, pensaba: ‘Cuando sea grande, quiero hacer esto’. Esto, decía, porque ni siquiera sabía que existía la ilustración como profesión –recuerda–. Ahora estar en la Feria, charlar con los chicos y contarles un poco sobre mi vida de ilustradora, es un honor enorme. Habla de un sueño que logré alcanzar. Es una gran alegría poder compartir mis experiencias». La ilustradora sabe que invariablemente le preguntarán por Harry Potter. «Yo suelo dar charlas en los colegios; los chicos se sorprenden cuando les cuento de mi lado deportivo y los dejo boquiabiertos. Ahora no estoy entrenando ni compitiendo, pero competí en Ultra maratón a nivel internacional. Soy la única mujer argentina –hace ya diez años– que corrí en el desierto del Sahara, en Marruecos, 243 kilómetros. En uno de los colegios los chicos levantaron las manos y me preguntaban a coro: ‘¿Ganaste? ¿Ganaste?’ Esa no la gané, pero sí gané los 160 kilómetros en el Himalaya, corrí en el límite entre la India y Nepal, en alta montaña. Y después gané otra carrera ultra que fue en Mongolia, en el límite con Siberia, de 100 kilómetros en montaña en un día. Son lugares especiales, también mágicos, es una aventura real con la que se enganchan los chicos. Me gusta compartir estas historias, mostrarles otras realidades y elecciones de vida, para que ellos puedan pensar qué camino quieren seguir.»

¿Qué relación hay entre correr e ilustrar? «No lo sabía explicar hasta que leí una autobiografía de Kilian Jornet, un campeón de carreras de alta montaña –cuenta Avendaño–. El hace una comparación entre el arte y correr. En los dos casos uno tiene que estar presente. En mi opinión, las mejores obras de arte o las mejores ilustraciones son aquellas en las que uno está presente, no pensando si le va a gustar al editor o al público, sino presente en lo que está haciendo, expresando lo que te sale del alma, tomando ese riesgo a exponerte de verdad. Y en las carreras es lo mismo. Hay que estar presente y arriesgarse. El trabajo de ilustradora es encerrado, solitario; correr también es solitario, pero me saca afuera, veo la naturaleza, me conecto con el mundo. Cuando me bloqueo con una ilustración, salgo a correr para despejarme, para que la mente se afloje, vuele, se distraiga.»

Amanece, que no es poco

Uno de los protagonistas de esta edición es el genial Luis Pescetti, a esta altura un clásico de la literatura infantil y juvenil de estos pagos de la lengua. ¿Qué significa estar en la Feria, encontrarse con los chicos? «La primera asociación que tuve clarísima, y después se me ocurrió que era rebuscada, es la escena final de la película Amanece, que no es poco, cuando el sol sale por el otro lado y el sargento se pone como loco –responde el narrador y músico–. Hay cosas que uno da por sentadas después de varios años de democracia, que es bueno que existan, que son elementales, y la verdad que no dejan de ser fenómenos absolutamente únicos, no tan usuales. Es una feria de libros para niños en un país que le da una particular importancia a la comunicación con los chicos. Probablemente en habla hispana o en Latinoamérica somos uno de los pocos países en que el niño que se imagina está muy cercano al niño real en literatura infantil. Amanece, que no es poco, y es muy tonto decirlo así, pero hay cosas que por más que sean derechos básicos no quiere decir que no sean maravillosas, excepcionales, para celebrar. Una oportunidad de pasearse por un espacio común en medio de un montón de chicos es fantástico. ¿Cómo lo concibo? ¿Cómo lo siento? ¿Cómo lo vivo? Como algo extraordinario; es el búho de Hogwarts que te viene a llamar.»

Cada vez que Pescetti lee, no pueden faltar textos de la saga de Natacha. «Me llegan mensajes que, resumiendo, señalan: ‘Dice mamá cómo sabés lo que pasa en casa’. Los chicos descubren que se pueden contar historias propias en un lenguaje propio –explica el narrador–. Imaginate si fueras al teatro y hubiera una obra en que el actor dice: ‘¡Oh, humanos, el bien de las personas es un objetivo!’... Dicho así es un perno, no te toca nada. Si vas a una obra donde de repente te das cuenta de que así ‘me hablaba mi viejo’, ‘así me hablaba mi hermano’, o ‘así quiero que me hablen’, algo te llega. Los clásicos se convierten en clásicos porque suenan a conocidos, pero es la primera vez que uno los oye. Algunos descubrimientos literarios se convierten en clásicos cuando uno dice: ¡Guau, es como un reencuentro! ¿Con qué? No sé, nunca lo había leído pero tiene el sabor de un reencuentro.»



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