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El director Otto Minera y el actor Rafael Sánchez Navarro (centro) encabezan el montaje teatral.. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 3 de junio de 2015. (RanchoNEWS).- Una mañana, Madam Diderot despertó convencida de que el convenio con su esposo sobre la libertad para tener amantes ya no le agrada ni beneficiaba. Entonces enfrentó al filósofo Denis Diderot, figura decisiva de la Ilustración, en una discusión sobre la moral en el hombre, el significado de la fidelidad como ser humano, y el sentido de su
matrimonio. Reporta Sonia Ávila desde la ciudad de México para Excélsior.
Fue la primera vez que el pensador, principal articulista de La Enciclopedia del siglo XVIII, vivió un momento de duda, de tambaleo en su seguridad como persona; en que el análisis sobre el amor, la vida, la fidelidad y la moral rebasaron sus textos filosóficos y lo plantaron en la incertidumbre de un hombre común.
La escena resume en buena medida a El libertino, una obra de teatro de Eric-Emmanuel Schmitt (Sainte-Foy-les-Lyon, Francia, 1960) que toma como pretexto el personaje de Diderot para meditar sobre la moral de las personas, en un sentido amplio.
La historia se presentará por primera vez en el Teatro Helénico bajo la dirección de Otto Minera y la actuación de Rafael Sánchez Navarro, en el personaje del filósofo.
Si bien el relato gira entorno a Diderot, mientras escribe un artículo sobre la moral para La Enciclopedia, no se trata de una biografía sobre él; sino de una lectura sobre una época en que la lucha por la libertad y la felicidad guiaba el pensamiento de todo hombre, señaló Minera al presentar el montaje en el que también participan Marina de Tavira, Marcela Guirado, Andrea Guerrero, Alberto Dányuro y Karina Gidi.
“Es un gran fresco de las costumbres y del intento de agrietar esas costumbres y cambiarlas por esta libertad individual que buscamos. Es una comedia, y la idea es que el público se caiga de la risa. Me parece que la comedia por definición trata de eso, trata sobre ser libres, de romper las ataduras, las cadenas que sofocan a los individuos y la sociedad.
“La comedia es romper las vallas, las cercas, y así sea con risas o burlas como armas, minimicemos a los poderes establecidos, a las convenciones que nos sofocan, que sofocan la libertad”, detalló el director escénico al señalar que el montaje no es una ficción en el sentido de que el Schmitt tomó hechos reales de la vida de Diderot para construir el relato.
La obra se desarrolla durante el siglo XVIII en el que, dijo Minera, se dieron los antecedentes para la Revolución Francesa como la búsqueda constante de libertad; no sólo social o laboral, sino una autonomía individual en la educación, la familia, la sexualidad, el amor y el pensamiento. Es entonces que las reflexiones de Diderot para su artículo sobre la moral adquieren relevancia en el diálogo, más allá de su entorno personal.
«En mi opinión no habría habido Revolución Francesa si antes no hubiera existido una lucha por la igualdad, el marco social que permitiera estas libertades individuales en muchos sentidos, vivir como uno quisiera vivir para ser feliz.
«No hay otra obligación que perseguir la felicidad, y todo este esfuerzo por lograr esta libertad está dicho aquí de una manera muy divertida», añadió quien dijo Schmitt es un autor poco traducido y escenificado en México.
Para el director aunque no hay referencias directas a la contemporaneidad, la obra
–escrita en 1997– es universal al hacer reflexiones que bien se adaptan a la época griega, al siglo de la Ilustración o al presente. La crisis que atraviesa Diderot, apuntó, le ocurre igual a cualquier hombre que se pregunta por su integridad en medio de amantes y libertinaje.
Para el actor Sánchez Navarro la historia tiene varios niveles de lectura; desde la comedia y el mero entretenimiento hasta el pensamiento del filósofo francés. En ese sentido señaló que el espectador puede proyectarse en el personaje; él que encuentra semejanzas con Diderot en la búsqueda de su
felicidad.
Mientras que Marina de Tavira, quien interpreta a la pintora polaca Madame Therbouche, la historia concluye en que no se puede asir experiencias de vida a conceptos de enciclopedia, como el amor, la paternidad o la familia.
«Todo es cambiante, en movimiento como la vida misma», dijo.
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