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miércoles, marzo 17, 2004

Columna

Latidos
Gomis: cómo llegar a los 80 años de buen humor

SERGIO VILA–SANJUÁN 17/03/2004

“Tenemos que agradecer a Lorenzo Gomis que dejara de fumar joven, que siempre haya conducido con cuidado y que de este modo haya podido llegar a los 80 años sin nostalgias, alegre y con buen humor”. Palabras del subdirector de la revista El Ciervo, Jordi Pérez Colomé, en el homenaje sorpresa al poeta y periodista catalán con motivo de su entrada en el club de los octogenarios. El homenajeado fue descrito como una personalidad “discreta pero profunda” por su viejo amigo Jaime Arias, quien recordó también que una pregunta de Gomis en el primer encuentro solemne de Felipe González con la prensa barcelonesa permitió al líder socialista publicitar por primera vez su abandono del marxismo. “Aquello fue el Bad Godesberg español”, remachó Arias. Haciendo honor a su conocida flema y su talante suavemente irónico –bien plasmado en sus memorias, uno de los mejores testimonios existentes sobre la Cataluña de postguerra– Gomis destrascendentalizó el encuentro recordando que su mujer y codirectora de El Ciervo, Roser Bofill, le había llevado engañado al acto del Col.legi de Periodistes tras acompañarle a comprar ropa, momento en el que descubrió consternado que llevaba en la corbata “una mancha misteriosa y considerable”... Otro viejo amigo, J. A. González Casanova, ha sido el encargado de elaborar la antología de sus artículos publicados en La Vanguardia que bajo el título de “Lunas y lunes” ha editado El Ciervo con motivo de la efemérides, con prólogo de Lluís Foix y dibujos de Krahn

Enrique Badosa en Salamina
Y es que hablamos de una quinta barcelonesa que ha dado mucho de sí. Ya Carme Riera expuso hace unos años que aunque durante mucho tiempo se vio como separado al grupo de Barral, Gil de Biedma o Goytisolo, poetas de inclinación izquierdista y vida más agitada, del de los autores de procedencia católica como Gomis o Enrique Badosa, en realidad ambos tenían bastantes puntos en común y podía hablarse de una sola generación. Algo más joven que el director de El Ciervo, pero con una trayectoria parecida en algunos aspectos, Badosa también sigue en plena forma. Hace poco presentó en Atenas la quinta edición –bilingüe– de su poemario “Mapa de Grecia”, con la versión griega de la poetisa Silvia Pando. Y luego se fue a la isla de Salamina –que no es, contra lo que algunos creen, una invención de Javier Cercas– y allí se fotografió junto al monumento a los héroes helénicos, en el que se han inscrito dos textos literarios: un fragmento de “Los persas” de Esquilo, en el que se narra la batalla naval del año 480 que conllevó la gran derrota persa, y, encima, traducido, el poema del propio Badosa que lleva el nombre de la isla, de la batalla y de los soldados de Sánchez Ferlosio

Promociona lo que te funciona (Paniceiros)
Un importante editor español me explicó hace un tiempo que su firma empezó a multiplicar beneficios cuando decidieron concentrar una buena parte de su presupuesto publicitario en promocionar aquello que ya funcionaba. Es decir, a ayudar a vender aquello que ya se vendía, en vez de gastar dinero en obras que no acababan de arrancar. Que la lección ha pasado a ser un conocimiento corriente lo demuestra, por ejemplo, la fuerte inversión en marketing que han hecho Tusquets y Planeta con “Soldados de Salamina” y “La sombra del viento”, respectivamente, una vez ya eran best séllers, contribuyendo a que siguieran siéndolo, y lo demuestra también apuestas como la que hace ahora Random House Mondadori colocando en la colección Areté, donde sólo se publican títulos con expectativas altas, el volumen “Paniceiros”, que por una vez no es un texto inédito, sino la recopilación de las dos novelas ambientadas en la localidad asturiana y debidas a la pluma de Xuan Bello. Títulos que ya han generado un movimiento de culto, con un potencial que ahora va a verse multiplicado. Moraleja: Paniceiros da de sí