Rosario Manzanos
La corrupción, los políticos, las ambiciones, el dinero, los intereses de siempre en Oaxaca, tornan la lucha del artista Francisco Toledo por el patrimonio en el cuento de nunca acabar. La realidad, señala molesto en entrevista, es que la calidad de vida en la capital del estado es pésima y no hay manera de mejorarla.
OAXACA, OAX.- Sentencia el pintor Francisco Toledo: "Si los turistas supieran el aire que respiran, el agua que toman y la comida que consumen, no volverían."
Siempre a punto de romper con su carrera de activista en defensa del patrimonio cultural y biológico de Oaxaca, agotado de que se viole la ley con respecto a las zonas arqueológicas y de tratar con políticos a los que desprecia por corruptos, responde:
"Para qué queremos patrimonio, cuál patrimonio. Ya no quiero saber nada, que tiren todo, para qué queremos patrimonio."
No es buen día para dar entrevistas. No tiene cuentas alegres. Antes de reunirse con Proceso había visitado un reclusorio femenil donde se creó un taller de pintura. Está descorazonado, harto: "Los políticos están acabando con el país."
Creador del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO) y presidente del Patronato Pro Defensa del Patrimonio Cultural y Natural de Oaxaca (Pro-Oax), Toledo ha sido desde su fundación en 1994 el mediador entre los desaguisados del sistema y la sociedad civil. Sus querellas son memorables: evitar que un MacDonald's se ubicara en el Centro Histórico de la ciudad, negarse a que el exconvento de Santo Domingo acabara en centro de convenciones, impedir que el terreno dedicado al Jardín Etnobotánico fuese estacionamiento, echar abajo el proyecto Montealbán XXI, consistente en un gigantesco mall dentro de la zona arqueológica...
En su exposición de agosto de 1997, Hemiciclo al Triciclo, creada a partir de maquetas para monumentos, fotografías de adefesios que supuestamente adornaban las calles y algunos proyectos en proceso de desarrollo, expresó su protesta. Según la crítica de arte Raquel Tibol, sobresalían en la muestra Monumento a la Perra Madre y Monumento al chayote. En aquella ocasión el artista declaró:
"Si el gobierno paga con dinero del pueblo sus caprichos, yo también tengo derecho a hacer mis monumentos, pero pagados con mis ahorritos."
La historia se repite
Francisco Toledo es pesimista:
"Siempre es más lo que no se ha logrado. Cada sexenio es igual, son las mismas tranzas, no se logra que exista respeto. Llevamos tres sexenios y no vemos que mejore la calidad de nuestros gobernadores, siguen siendo los mismos bárbaros. Siempre hay que comenzar de cero con ellos, tratar de ser oídos. Cometen atrocidades."
-Pero alguien vota por ellos, ¿no?
-Ellos mismos. Las cuestiones electorales son muy particulares, están arregladas, engañan a la gente. Ya tienen todo listo. Por eso yo ni credencial de elector tengo, para qué. Mejor uso mi pasaporte.
Desde su perspectiva, "al haber leyes que no se cumplen y reglamentos que se violan", una buena parte de la defensa real del patrimonio de Oaxaca realmente la hace Pro-Oax:
"Muchas veces nos sentimos con las manos amarradas, hay muchos intereses económicos de por medio. Se quieren quedar con Oaxaca, con el estado entero."
Y enumera:
"Si es lo del Camino Real, seguimos en lo mismo; Chacahua es un problemón, la zona está invadida, nos llaman, pero ¿qué podemos hacer? La ordenación arqueológica para Montealbán no se ha respetado. No se respetan los decretos. Nosotros hablamos y protestamos, pero insisto, de eso a que las cosas sean realmente detenidas o cambien, es muy difícil. No se puede."
Y hace referencia a la destrucción de los bosques, la construcción de desarrollos habitacionales conflictivos... y más:
"Los problemas del agua, de la tierra. Hay que protestar y que hablar, pero de eso a que sea efectivo, no lo creo. No se ha parado lo más grave. Las ciudades crecen, la gente migra, quiere estudiar, quiere tener acceso a hospitales. Cómo impedir que la gente busque mejores opciones si lo suyo está perdido."
-A Oaxaca viene un turismo cultural muy importante.
-Sí, pero Oaxaca no es nada más la ciudad, el Centro Histórico, o su primer cuadro. Hay otras zonas que se han destruido. Incluso en la ciudad hay una serie de calles muy bien cuidadas, pero fuera de ahí es mucho lo que se ha destruido. Las remodelaciones que se hacen son absurdas.
"Oaxaca tiene muchos problemas con los servicios. No tiene una planta tratadora de aguas negras, tiene muchos problemas con la basura, no hay un aprovechamiento del agua pluvial. Es una ciudad caótica. Si los turistas supieran lo que beben, respiran y comen, no volverían."
-Mucha gente piensa que uno de los mejores lugares para vivir en México es Oaxaca.
-No creo que tengan la razón.
-Entonces, ¿por qué vive usted aquí?
-Si me voy a mi tierra, hace mucho calor; en México hace mucho frío. Aquí hay escuelas. Hay más instituciones dedicadas a la cultura, creo que me necesitan.
A lo mejor no hay ningún lugar para vivir bien y tampoco lo hay para pintar bien. También es cuestión de tener los ingresos, las condiciones para vivir, de cuánto dinero tengas. Puedes estar en París y eso no te sirve de nada si no tienes las condiciones.
-Usted es uno de los pintores más cotizados del país.
-Sí, pero eso no significa nada. Yo no gano tanto. Las instituciones piden mucho. La biblioteca, la audioteca, el cine requieren de mucho dinero. Invierto lo mío para impulsar muchos proyectos. Pero yo no tengo el mismo dinero que tiene el estado. No todo lo que gano, pero parte del dinero que entra se va en la nómina del IAGO. Los salarios suben, los intereses bajan. Hay que darle condiciones a la gente para que viva mejor. Hay gente que depende de mí. Hay muchos proyectos, pero se necesita mucho dinero para echarlos a andar. A lo mejor lo mío es una necedad, pero a mí esto me gusta. Por fortuna tengo lo del Fonca (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes), soy creador emérito, con eso se reparten 15 becas para quienes realmente las necesitan. Siempre he pensado que realmente se necesita una gran escuela de arte, pero no ha habido manera de convencer ni al estado ni a la federación.
"Pero a mí nada me arrebata. Aparentemente mi pasión son los proyectos que se pueden echar adelante, compartir. Pero tampoco es una pasión de que me muera. Es más bien una motivación muy grande. Quisiera que hubiera mejores oportunidades. La gente humilde no tiene oportunidades."
Su actividad como promotor cultural la empezó hace más de 30 años en la Casa de la Cultura de Juchitán:
"Luego me vine a Oaxaca y aquí pude tener varios proyectos, participar en lo que se ha hecho. Yo quería hacer un museo con Tamayo. Después surgió el IAGO, el MACO. Los talleres. Ha habido un gran movimiento."
La representante legal de Pro-Oax, Ana María Cruz Vasconcelos, señala:
"El problema con el maestro Toledo es en el gobierno, en lugar de verlo como un promotor de la cultura lo han visto como competencia. A veces las instituciones lo definen como un nicho de control político. De alguna manera no les gusta que su grupo supervise lo que se hace."
Ante la pregunta "¿le tienen miedo?", Toledo responde:
-Hacen como que lo tienen, pero en realidad no les importo gran cosa.
-¿Hasta qué punto su activismo afecta su desarrollo como artista?
-Me afecta en lo físico, en lo emocional, en lo mental, en todo. Estoy muy cansado, muy harto. Creo que voy a tratar de dejar todo encaminado, estar un tiempo más y me retiro de todo esto.
-Pero usted es el líder, es la figura a seguir.
-También soy la figura a golpear. La prensa a veces dice que mejor debería dedicarme a pintar y ya. Los políticos hablan mal de Pro-Oax y de mí. A veces hay ataques personales, como de que "si soy un maricón" o que como soy de Juchitán mejor me debería dedicar a cuidar a los cochinos, que no tengo carácter. Incluso me han llamado "el jardinero de Harp", porque en algunas casas de amigos de Harp se puso de moda hacer jardines con arenas de colores, como se diseñó el Jardín Etnobotánico de Oaxaca. Creen que yo voy y se los hago, que en principio no tendría nada de malo, pero la verdad es que me parece que esa descripción es inmerecida y está hecha en un tono muy despectivo.
-¿Tiene buenas expectativas con el nuevo gobernador?
-No lo conozco. Una vez hablé con él. Se crió en Juchitán, creo que conoce a mucha gente de allá. Que tiene un nuevo gabinete, que va a llegar mucha gente nueva, pero no ha estado mucho en Oaxaca.
El artista
Toledo rememora la época en que vivió en Veracruz:
"Me acuerdo de Minatitlán. Era un lugar precioso, había selva, estaban los pantanos. Había animales de todo tipo, el río Coatzacoalcos era una maravilla. Ahora todo eso es un horror. Todo se lo han acabado los políticos con su sed de dinero y poder."
-Y cómo artista, ¿en qué momento se encuentra?
-No lo sé. Nunca lo he sabido, ni cuando tenía 20, 30 o 40 años. Pinto y ya, no entiendo eso de los momentos. Ahora pinto cuando se puede, a ratitos, Pro-Oax me quita mucho tiempo. Estoy haciendo grabados sobre la obra de Kafka que saldrán muy pronto.