Rancho Las Voces: Caricatura / México: Abren la muestra «De San Garabato al Callejón del Cuajo» en el Museo del Estanquillo
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viernes, noviembre 23, 2007

Caricatura / México: Abren la muestra «De San Garabato al Callejón del Cuajo» en el Museo del Estanquillo

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Gabriel Vargas, acompañado de su esposa, anoche, en el Museo del Estanquilllo durante el homenaje que recibieron el caricaturista y su colega Eduardo del Río, Rius. (Foto: Carlos Ramos Mamahua)

M éxico, 23 de noviembre, 2007. (Ángel Vargas/ La Jornada).- Entre San Garabato y el Callejón del Cuajo media realmente muy poca distancia. No importa que la esencia del primero sea la de un pueblo rural, mientras que la del segundo la del universo inminente urbano y popular, el de una vecindad del Centro Histórico.

Personajes entrañables, cáusticos, críticos y memorables habitan esos dos mundos. El primero, surgido de la sátira y el incomparable humor de Eduardo del Río, Rius, y el segundo de la ingeniosa sapiencia, el señalamiento noble, pero punzante, sociológico de Gabriel Vargas.

De ambos mundo se compone la exposición De San Garabato al Callejón del Cuajo, que fue inaugurada anoche en el Museo del Estanquillo, como homenaje a ese par de caricaturistas, figuras indiscutibles de la cultura popular de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI.

Originales, bocetos, placas, impresiones, ejemplares antiguos, de colección, reproducciones en maquetas, argumentos y figuras en tercera dimensión integran el material de la muestra, que ocupa dos pisos del céntrico inmueble.

El México que se nos fue

Tres son los puntos de encuentro entre Rius y Gabriel Vargas, de acuerdo con Carlos Monsiváis:

«El primero es sentir que lo llamado clases populares siguen siendo el espectáculo más vivo, el componente más enérgico y no sólo la mayoría del país, sino lo que ha constituido la imagen íntima y pública del país. El segundo, la coincidencia en el que habla popular sólo existe si le inventa, que no hay tal cosa como un habla popular fija; ambos son inventores. Y en tercero, la ganas de reírse, a través de sus personajes, de ellos mismos, de sus lectores, de sus personajes, de las clases populares y de la idea o la imagen que pueden tener las clases gobernantes de lo que es el pueblo».

En entrevista al término de la inauguración, el cronista y ensayista asumió que ambos moneros, sin duda, hablan del México que se nos fue: «ése es parte del chiste y el reto. Esos pueblos, el del rancho y la vecindad son especies en extinción, lo que viene en totalmente otra cosa y seguirá siendo lo mismo, y le toca ya a una nueva generación, porque además el cómic está en auge, aceptar el reto y ver cuáles son las nuevas especies todavía no extintas».

Entonces, ¿esta exposición es un tributo a la nostalgia?

No, a la vitalidad. Un tributo a la nostalgia se quedaría en fotos de época que se consuelan a sí mismas por el miedo o la envidia de no ser digitales. En cambio esto tiene una potencia, una vibra y una energía que de ninguna manera invitan a la nostalgia o que en todo caso hacen de la nostalgia que se conoce otra especie en extinción.

Monsiváis ubicó a Gabriel Vargas y Rius como «el archivo general de la pasión popular».

El cronista destacó que el suyo es un homenaje casi cincuentenario al autor de La Familia Burrón, al recordar que fue hace 47 años cuando escribió su primer artículo sobre esta creación de don Gabriel, en la Revista de la Universidad.

De Rius, en tanto, comentó que comenzó a leerlo hace muchos años en la revista JaJa, en cuyo suplemento cultural él también colaboraba. «Desde entonces –agregó– admiro su triple vocación: como humorista, maestro de la sátira y pedagogo».


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