Rancho Las Voces: Música / Entrevista a Rubén Blades
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domingo, septiembre 21, 2014

Música / Entrevista a Rubén Blades

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Un gobierno corrupto o mediocre es un reflejo de la ciudadanía que lo elige, asegura el autor de «Pedro Navaja». (Foto: Cuartoscuro)

C iudad Juárez, Chihuahua. 21 de septiembre de 2014. (RanchoNEWS).- La relación del salsero Rubén Blades con el tango «no es un idilio, es respeto a una forma popular urbana que siempre fue muy bien recibida en Panamá —afirma en entrevista con MILENIO—. No bailamos tango como debe ser bailado, pero nos identificamos con las letras, con su expresión del dolor, la nostalgia, la esperanza, descripciones que desafían fronteras, nacionalidades, razas o banderas, porque son humanas, universales. El alma no necesita de un pasaporte para solidarizarse consigo misma». Una entrevista de Xavier Quirarte para Milenio:

El salsero panameño cerrará la 42 edición del Festival Internacional Cervantino el 26 de octubre en la Alhóndiga de Granaditas. Allí seguramente abordará las versiones tangueadas de algunos de sus éxitos que forman parte de su disco más reciente, Tangos.

Con buen humor, Blades dice que ha recibido información de que por su atrevimiento de grabar Tangos «no se han realizado actos públicos de repudio, como la quema de efigies, ni quebradera de discos compactos en plazas públicas argentinas. Asumo que ha sido recibido entonces bien. Hace tres años participé en el cierre del Festival Mundial de Tango en Buenos Aires en el Luna Park, junto con el icono y sin igual maestro argentino Leopoldo Federico y su orquesta, bajo la dirección del maestro Carlos Franzetti. Interpretamos cinco temas del álbum y fueron muy bien recibidos. Considero que ha habido sorpresa y uno que otro inconforme. Mi intención era demostrar que las letras de mis canciones pueden adquirir una dimensión distinta cuando son interpretadas bajo formatos diferentes».

Sobre las diferencias entre el tango y la salsa, Blades explica: «La salsa es un género de acción, el tango es más reflexivo. Aunque ambos son bailables, la atmósfera creada por la signatura de tiempo y por la instrumentación produce el espacio necesario para apreciar la letra en el tango. ‘Juana Mayo’, por ejemplo, resulta una canción distinta en tango que en la interpretación bajo la salsa. Como esa era la intención, no necesitaba escribir letras nuevas. Además, las letras que escribo, por su carácter urbano y su entorno existencial, encajan perfectamente dentro del parámetro emocional del tango».

Maestro de la salsa con tintes sociales, creador de discos tan memorables como Siembra y Maestra vida, integrante de Fania All Stars, mancuerna de Willie Colón, Blades es un artista sui géneris. También ha sido actor de Hollywood y ha participado en la política. En todas estas actividades ha sido un hombre íntegro.

¿Cuál es el compromiso del artista cuando las noticias se refieren al escándalo y su vida privada?

Tiene el deber de llegar al compromiso temprano, ensayado, consciente y, preferentemente, bañado. Al margen de eso, el artista no debe ser elevado al pedestal del ejemplo virtuoso. Ese lugar lo debe ocupar el padre, la madre, la abuela, el maestro o maestra. Si hoy se utiliza al artista para entretener fuera del escenario es porque existen medios que logran ratings o publicaciones que alimentan morbos para así vender su producto. Si el cónsul de Japón muere en Cartagena eso no es noticia de primera plana, pero si muere porque se lo comió un cocodrilo, entonces sí importa y sí va.

Hay un segmento de nuestra sociedad que hace rentable el escándalo y esa rentabilidad ha producido la desaparición de la vergüenza pública. No puedo imaginarme, en 1960, un programa de reality titulado Madres que se acuestan con los novios de las hijas. Mi mamá, que en paz descanse, nunca hubiese considerado eso como una forma correcta para hacer dinero. Pero hoy, con tal de salir en televisión o de ser vistos, cualquiera hace lo que sea, a expensas de su dignidad. Mi deber como artista no se extiende después del show a continuar entreteniendo al público con mis problemas o asuntos familiares. Mi vida privada es eso: privada.

¿Cómo ha sido su acercamiento al jazz, género que converge en la salsa?

Siempre ha estado conectado con la salsa. Son géneros libres, de improvisación, urbanos, que se alimentan el uno al otro. En Nueva York la interacción era constante, así que siempre me ha sido familiar. El primer disco que recuerdo que mi madre compró fue uno del pianista de jazz Ahmad Jamal, en 1963. Fui amigo de Mario Bauzá, Miles Davis, Dizzy Gillespie, Tony Williams, Sonny Stitt. Soy amigo de Herbie Hancock, Wayne Shorter, Ron Carter, Terence Blanchard, mi hermano Danilo Pérez, David Sánchez, Paquito D’Rivera, Chucho Valdés, Arturo Sandoval, Ignacio Berroa...

¿Cómo era el ambiente de Fania All Stars?

Tengo mucho que agradecer de mi experiencia musical a Fania. Me di a conocer con esa compañía de discos; mis recuerdos musicales son, en su mayoría, muy gratos. El problema con Fania fue a la hora del pago de regalías. Allí no cumplieron como debieron haberlo hecho contractualmente. Y eso me hizo demandarlos tres veces, hasta que recobré mis canciones, aunque ellos se quedaron con los masters. Pero ahora los he regrabado casi todos, y por primera vez creo que un ex músico de Fania puede decir que controla la música que grabó con esa casa disquera. Es una vergüenza que Fania sea la dueña de todo el trabajo de Héctor Lavoe y de Ismael Rivera, solo mencionar dos de sus artistas, y no sus familias.

¿A quiénes extraña de sus compañeros de Fania?

Extraño sus talentos, la camaradería, el intercambio, la competencia. De unos estuve más cerca que de otros. Cheo (Feliciano) para mí es algo especial. Todavía no puedo creer que se nos fue. Pero los llevo en el alma.

Gabriel García Márquez dijo que lamentaba no haber escrito «Pedro Navaja». ¿Qué novela de él lamentaría no haber escrito?

Su obra periodística. Me parece que Relato de un náufrago hizo mucho más que consagrar al Gabo periodista por el relato; ayudó a formalizar al escritor de ficción futuro, revolucionó el país, contribuyó a socavar más el fundamento de la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, politizó a Gegema (así le decía yo al Gabo) y, aunque terminó obligándolo a salir de Colombia por su seguridad, creo que esa experiencia en el extranjero lo ayudó a incrementar su educación, su capacidad intelectual y espiritual. Me hubiese hecho muy orgulloso haber escrito el Diario o Relato de un náufrago.

¿Puede influir la música en el cambio social?

Puede inspirar para la creación de nuevos paradigmas; puede actuar para denunciar males sociales y como intermediaria para producir solidaridad. La música posee muchas virtudes y plantea innumerables posibilidades y beneficios.

¿Qué le ha dado la música y qué le ha dado usted a cambio?

Espiritualmente la música te eleva a un estadio especial. Nietzsche dijo que la vida sin música sería una equivocación; incluso dijo que los alemanes creían que Dios canta. O sea, hasta él necesita de la música. Personalmente me ha hecho una mejor persona y quién sabe que otros efectos internos positivos ha producido. A la música le he dado mi respeto, mi agradecimiento y espero haber contribuido a crearle más público, para que él pueda beneficiarse a su vez de su maravilloso efecto.

Político de razones

Blades ha pasado de las palabras a los hechos, de las canciones políticas a la participación en la vida pública. Candidato a la presidencia de Panamá al frente de su partido, Papa Egoró, de 2004 a 2009, fue ministro de Turismo. Recientemente el músico —que se define, no de izquierda o de derecha, sino «de razones»— anunció que participará como candidato a la presidencia en las elecciones de 2019.

De forma autocrítica, asegura que su desempeño político «ha mejorado. Cometí muchos errores en los noventa, entre ellos no entender que cuando se entra en la política tienes que dedicarte a eso 24 horas al día, siete días a la semana, 365 días al año. Aparte, la gente siempre va a esperar que uno se comporte como un ‘líder’, por peligroso que eso resulte. Cuando delegas autoridad en otros creas desconfianzas. La gente cree en la figura, no en el equipo. Eso tiene que ser enfrentado porque depender de una sola persona es muy peligroso.

Como ministro de Turismo, agrega, «hice mi trabajo con el apoyo de muchos otros, y allí están los hechos que lo demuestran. La gente no creyó que me quedaría los cinco años y que cumpliría con mi país, pero lo hice, a expensas de mis carreras como músico y como actor. Creo que la gente lo sabe y lo respeta».

Al preguntarle si volvería a ocupar un cargo, dice: «Claro. Aprendí que desde el gobierno se pueden realizar cambios importantes. Pero va a depender de la voluntad de un país enfrentar y controlar la corrupción. La corrupción y la mediocridad no son problemas ‘políticos’, son expresiones nacionales del mal espiritual que aflige a un país. Un gobierno corrupto o mediocre es un reflejo de la ciudadanía que lo elige. Ellos no llegan dentro del sombrero de un mago: el pueblo los pone allí y los reelige a pesar de su mediocridad o venalidad, cosa más increíble aun de entender».

Del vinilo al cd

Rubén Blades pertenece a una generación que creció con la música en la radio, la televisión, el cine, el teatro, los discos y, algo muy importante, en las calles, con la música viva. Ahora buena parte de la música del mundo está disponible de manera virtual, en cualquier lugar de la Tierra, pero con una calidad de sonido que dista mucho de lo que producía el disco LP, le sugerimos.

Al respecto, el músico dice que «el que no ha experimentado el vinilo no va a saber de qué se pierde. No creo que todos oímos igual. Además, las razones para escuchar son distintas. La moda hace que muchos procuren una grabación para poder participar en esos rituales modernos de enlace —bonding, como dicen los anglos—. Me parece excelente que la música ahora pueda ser adquirida y escuchada a nivel mundial sin tener que pagar precios exorbitantes por ‘importaciones’ y que la distribución de esos productos esté mejor esbozada internacionalmente».

Blades no siente que, al pasar del vinilo al cd, la calidad de la música se haya perdido drásticamente. «No necesariamente. La capacidad para impresionar espiritualmente que posee la música del noruego Edvard Grieg continúa vigente. Aunque puede que no se escuche igual en cd que en vinilo».



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