Rancho Las Voces: Irving publica «Hasta que te encuentre», su novela más autobiográfica
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martes, mayo 16, 2006

Irving publica «Hasta que te encuentre», su novela más autobiográfica


El escritor

TERESA SESÉ

B arcelona, España. 16/05/2006. (La Vanguardia).- En alguna ocasión, Sergi Pàmies ha calificado a los lectores españoles de John Irving (Exeter, New Hampshire, 1942) de secta de fanáticos. Una secta peligrosa, para más señas. Dicho así suena exagerado, claro.

Pero lo cierto es que cada nueva novela del escritor americano suscita auténtica expectación entre sus seguidores, cada vez más y más devotos desde que Una mujer difícil (1998) lo rescatara del selecto círculo de la afición y lo convirtiera en un autor de éxito. Bajito y jovial, de complexión atlética (durante años alternó la lucha grecorromana con la escritura), simpático y aún más generoso en sus respuestas río, el autor de El mundo según Garp, El hotel NewHampshire, Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra mantuvo ayer un inusual encuentro con los medios de comunicación, durante el cual un alma despistada bien podría haberlo confundido con una estrella del rock -tal era la nube de fotógrafos a su alrededor-, de no ser por el talento y la falta de afectación de sus contestaciones.

John Irving acaba de publicar Hasta que te encuentre (Tusquets, en castellano; Edicions 62, en catalán), su novela más autobiográfica, en la que aborda dos de las circunstancias que más han marcado su vida: la búsqueda del padre ausente -un tema muy Irving- y los abusos sexuales de los que fue objeto a los once años por parte de una mujer mucho mayor que él.

Hasta que te encuentre es un auténtico novelón, más de mil páginas llenas de recovecos y personajes excéntricos: una madre artista del tatuaje y lesbiana, un padre organista adicto al tatuaje y amigo de las prostitutas, y un hijo, Jack Burns, su protagonista, que ya de niño excita la líbido de toda mujer que se cruza a su paso y llegará a ser un célebre actor de Hollywood especializado en papeles de travesti...

Aquí, como siempre, la comedia y la tragedia están siempre a punto de darse la mano, pero, además, en una filigrana digna de un prestigitador, al final nada es lo que parece... "Normalmente, las novelas más autobiográficas son las primeras, pero yo soy de cocción lenta, he tardado diez novelas en escribir sobre mi infancia y mi adolescencia", señaló Irving, quien dijo haber encontrado en la lucha grecorromana una terapia fantástica, "mucho mejor que el alcohol y las drogas", a la hora de exorcizar sus demonios.

El autor se refiere en concreto al descubrimiento tardío de que su padre no lo abandonó, sino que fue su madre la que lo alejó de su vida, y a los abusos que sufrió. "Es más fácil escribir sobre un tema así cuando uno ya ha cumplido los cincuenta y muchos. Ella tenía más de veinte y en ningún momento tuve la sensación de que estuviera abusando de mí, pero en la adolescencia me di cuenta de que ella era la culpable de que me gustaran más las madres que las hermanas de mis amigos. Aquella relación duró tres o cuatro meses, y cuando ella decidió seguir su vida yo la eché mucho de menos. Ningún trauma. Sólo cuando nació mi primer hijo tomé conciencia del daño que aquella mujer me había hecho. Y a él fue la primera persona a la que se lo conté en mi vida, justamente cuando cumplió diez años, para advertirle de que nunca consintiera algo así".

Hasta que te encuentre es su novela más compleja, amén de la más larga que ha escrito nunca. Le ha llevado siete años de su vida escribirla. Irving no es de esos escritores a los que las novelas les llevan a lugares insospechados. Al contrario, antes de escribir la primera línea sabe cuál será el párrafo que precederá el punto final.

"Creo firmemente en la trama, por eso soy narrador. Durante dos años hago una especie de hoja de ruta y abro investigaciones sobre temas de los que no tengo ni idea". En este caso, el mundo de los organistas y el de los tatuadores. Incluso aprendió a hacer tatuajes en Amsterdam y se hizo tatuar (un símbolo de la lucha grecorromana en el antebrazo derecho y una hoja de arce, en honor a su mujer canadiense, para disimular una cicatriz en el omoplato izquierdo) para conocer la experiencia de primera mano. "Cuando me pongo a escribir, todo lo que es emocionalmente importante lo conozco, como si ya lo hubiera vivido, y lo único que falta es narrarlo".

A través de Jack Burns, Irving revisa también el capítulo en el que ganó un Oscar (por el guión de Las normas de la casa de la sidra) y se muestra convencido de que "no hay nada más inverosímil que la realidad. Si yo les dijera que un cronista deportivo del Mid West va a California y hace unas películas malas, luego llega a presidente del sindicato de actores de Estados Unidos, el peor de la historia, que luego será gobernador de California y finalmente presidente de EE.UU, el peor hasta ese momento, difícilmente me creerían. Pero si dijera que luego llegaría otro aún peor, ahí ya seguro que me tildaban de loco. La vida real es inverosímil".