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En la imagen, captada el 26 de noviembre del año pasado, se observa la casa que realizó Juan O’Gorman, considerada por los especialistas como la que dio paso a la arquitectura contemporánea en México. (Foto: María Luisa Severiano)
C iudad Juárez, Chihuahua. 8 de enero de 2013. (RanchoNEWS).- Está lista la primera fase de restauración de la casa que Juan O’Gorman (1905-1982) construyó en Palmas 81 –ahora Diego Rivera, San Ángel Inn–, entre 1929 y 1931, la primera de concreto que se hizo en México. La firma del arquitecto, trazada a mano, algo inusitado, fue encontrada en la esquina superior de una de sus paredes exteriores. Una nota de Merry MacMasters para La Jornada:
Esta casa, que inaugura la arquitectura contemporánea en el país, en particular el estilo funcionalista, fue adquirida por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en 14 millones de pesos, y se integrará a su edificio colindante y hermano, el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, también diseño de O’Gorman.
Para la realización del proyecto el INBA firmó un convenio con la Universidad Nacional Autónoma de México, mediante su Facultad de Arquitectura, y se empezó a trabajar en abril pasado con base en fotografías de época y los planos originales, indicó Monserrat Sánchez, directora del museo. Víctor Jiménez, director arquitectónico de la restauración, dijo que la casa tenía «condiciones más bien precarias, desde el punto de vista estructural», ya que fue «un laboratorio de tecnología de construcción, y tuvo que pagar el precio de ser pionero en algo».
Describió O’Gorman como «un joven de 24 años con la audacia necesaria para emprender nuevos caminos, pero con la inexperiencia que haría que otro se contuviese. Esta combinación de audacia y decisión de experimentar le permitió hacer esta casa, que es, sin duda, la que inaugura la arquitectura contemporánea en México». Eso, por «la tecnología y la decisión de utilizar una estética que prescinde del ornamento, y en la que todas las decisiones vienen de un análisis racional y funcional de las necesidades».
Si la casa fue «de alguna manera ignorada», en primer lugar le robó protagonismo el propio O’Gorman con las casas conjuntas que construyó para Rivera y Kahlo. También «se creó una historia de la arquitectura contada por sus rivales, en la que siempre quisieron que no brillara».
Ambos predios pertenecían a un hotel, ahora restaurante, que quebró y vendió sus propiedades. O’Gorman compró las otrora dos canchas de tenis y financió la construcción de la casa en Palmas 81 con su primer sueldo de dibujante, que le pagó el arquitecto Carlos Obregón Santacilia en el proyecto de la Secretaría de Salud.
Aunque «inventa la historia de que hizo la casa para su padre, el pintor Cecil Crawford O’Gorman, eso no es cierto. La hizo para mostrar en algo tangible lo que tenía en la cabeza», expresó Jiménez. Una vez terminada, invitó a Rivera a conocerla; éste se asombró, y el arquitecto ofreció venderle el terreno de junto al precio que pagó (probablemente poco, por ser un lugar en esa época poco deseable para ir a vivir), con la condición de que le encargara el proyecto.
En la construcción de la primera casa las «economías» de O’Gorman hicieron que «de pronto cometiera imprudencias», continuó Jiménez. De allí que «localizamos castillos que no tenían armado y muros sin cimientos». Por ende, se recimentó todo y la estructura sobresaliente de la casa ahora es de acero, aunque no se nota.
Ahora, el trabajo de mayor complejidad será el colado de la escalera exterior, que había sido eliminada por los dueños anteriores, y terminar algunos detalles de los acabados. Una vez concluida la restauración, la Casa Juan O’Gorman se utilizará básicamente como galería, lo cual le dará el doble de espacio al Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, que es reducido. También habrá un área de servicios educativos y un par de oficinas, apuntó Monserrat Sánchez.
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