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Se trata de péptidos que son pieza clave en el tratamiento de enfermedades autoinmunes, como psoriasis, artritis reumatoide o esclerosis múltiple e, incluso, rechazo de órganos. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 19 de marzo de 2015. (RanchoNEWS).- Los alacranes pueden ser la fuente que origine nuevos antibióticos y mejore los ya existentes que han dejado de tener efecto en las bacterias, además de ser pieza clave para el desarrollo de tratamientos contra enfermedades autoinmunes como diabetes tipo 1, artritis, esclerosis e incluso en el rechazo de órganos. Una nota de la redacción de Milenio Digital.
En un comunicado, la UNAM informó que al estudiar el veneno de alacranes se encontraron unos péptidos (proteínas muy pequeñas) que funcionan como antibiótico, es decir, que impiden el desarrollo de ciertas colonias de bacterias o de microorganismos dañinos para el humano.
Los dos hallazgos se hicieron en el laboratorio de Lourival Possani, investigador emérito del Instituto de Biotecnología de la UNAM, los cuales obtuvieron sus respectivas patentes recientemente; en ambos casos se usan los péptidos de alacranes: por un lado, para constituir una nueva generación de antibióticos que fortalezcan los fármacos que han perdido fuerza en sus efectos, y por el otro, los que pueden ayudar a controlar el desarrollo de enfermedades inmunológicas.
«Mi especialidad es la bioquímica del veneno de los alacranes y al trabajar con sus componentes hemos descubierto una serie de proteínas y de péptidos con una acción farmacológica importante», dijo el científico.
Explicó que «se trata de potenciales antibióticos de nueva generación porque los conocidos son sustancias que tienen que ver con el ensamblado de las membranas, que inhiben algunas enzimas o actúan a nivel del material nucleico de la bacteria», no obstante, debido a su uso indiscriminado se han generado cepas resistentes y ya no hacen efecto, lo que «se ha convertido en un gran problema de salud pública».
Los péptidos descubiertos no son tóxicos; en realidad, el alacrán los usa para defenderse de bacterias y microorganismos saprofitos que viven en el suelo, su hábitat. Después de estudiarlos desde el punto de vista bioquímico, fueron sintetizados en el laboratorio de Possani, «modificando un poco la estructura».
En colaboración con el Instituto Nacional de Salud Pública, entidad poseedora de un repertorio de las bacterias resistentes de los hospitales, se hicieron pruebas y los péptidos funcionaron de manera adecuada.
En el comunicado se dio a conocer que actualmente ya se negocia la investigación con una compañía farmacéutica mexicana interesada en añadir los péptidos a los fármacos convencionales para aumentar su eficacia y disminuir las dosis elevadas que, muchas veces, causan efectos colaterales.
Pieza Clave
Possani expuso que, junto con sus colaboradores, también descubrió dos péptidos en el veneno de un alacrán que no es peligroso al humano: Vaejovis mexicanus smithi, especie que fue colectada «aquí, alrededor del campus Cuernavaca».
Se trata de péptidos que son pieza clave en el tratamiento de enfermedades autoinmunes, como psoriasis, artritis reumatoide o esclerosis múltiple e, incluso, rechazo de órganos.
El especialista precisó que «así, reconocen un sitio específico en los linfocitos humanos y bloquean los canales llamados Kv1.3. La teoría es que si se obstruyen, se inhibe el desarrollo de enfermedades inmunológicas, padecimientos donde el propio sistema inmune no reconoce las proteínas y las ataca».
Señaló que tal es el caso de la diabetes tipo 1, donde el individuo fabrica anticuerpos que desconocen a sus propias células del páncreas —encargadas de fabricar la insulina— y las elimina, lo que provoca que el paciente sea insulinodependiente desde la niñez y durante toda su vida.
La Patente
El científico señaló que en lugar de dar a conocer este hallazgo en una revista científica, «decidimos escribir el trabajo y patentarlo. Estuvimos un par de años con los datos en la mano, pero sin divulgarlos porque queríamos obtener el registro»; la patente, previamente otorgada en ocho países y regiones.
Esta invención y las patentes que le dan protección se encuentran licenciadas a una empresa mexicana para que busque su explotación comercial mediante la venta de medicamentos que contengan dichos péptidos.
Para ambos proyectos, la llegada de los medicamentos al mercado aún llevará tiempo y dependerá de las farmacéuticas encargadas de hacer ensayos preclínicos en animales y clínicos en voluntarios y pacientes, hasta demostrar una respuesta positiva al tratamiento.
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