Aspecto interior de la biblioteca. (Foto: RanchoNEWS)
C
iudad Juárez, Chihuahua. 26 de abril de 2024. (RanchoNEWS).- Todo lo bueno y lo malo que se puede decir de la Barcelona de 2024 se podría explicar con la Biblioteca Gabriel García Márquez de la calle del Treball, elegida ayer por el Premio de Arquitectura Contemporánea de la UE Mies Van der Rohe como la mejor obra de autores emergentes de toda Europa. «El día que abrimos fue inolvidable. La gente nos decía que llevaba años esperando algo así, que estaba mejor en la biblioteca que en sus casas», cuenta Guillermo Sevillano, arquitecto madrileño y coautor de la biblioteca junto a su socia, Elena Orte. «Fue un momento de euforia. Estaban los abuelos y los nietos... Una señora nos dijo que aquel era su palacio. Luego, la biblioteca empezó a aparecer en los medios y a atraer gente. Sabemos que vienen autobuses de turistas japoneses y que hay tiktokers e instagramers haciendo sus vídeos. A veces, se crean tensiones por ese exceso de éxito. La última vez que fui, vi una pareja cogida de la mano leyendo donde la fotocopiadora. Es un cuarto bonito, con luz, pero hay sitios más cómodos pensados para ellos», escribe Luis Alemany en El Mundo.
Las palabras «exceso de éxito» son las que más resuenan. La Biblioteca García Márquez es el segundo proyecto barcelonés consecutivo que recibe el Premio UE-Mies Van der Rohe, después de la cooperativa de viviendas La Borda. La Borda está en Sants, en un antiguo barrio industrial; la Biblioteca García Márquez está en Sant Martí, al otro lado de la ciudad, aunque el paisaje no es tan diferente. En la calle del Treball hay, sobre todo, viviendas sociales del desarrollismo. No era un lugar de paso ni pintoresco ni atractivo hasta ahora para nadie que no estuviese arraigado en él.
«Supongo que era un sitio poco significativo, una calle secundaria en un barrio de viviendas antiguas que demandaba equipamientos. Creo que los más recientes tenían 40 años. El solar también tenía poca huella, no había un lugar, realmente... Por eso creamos una volumetría que hiciese lugar». Sevillano habla de «los huecos que generan vínculos» y de la manera que tiene el edificio de retirarse de los límites de su parcela de la calle Concilio de Trento. «Reinterpretamos el chaflán del Ensanche de modo que generamos una plaza. Es como un salón urbano».
