Carmen Boullosa (CDMX, 1954) escribe sobre un libro perdido y propone «una aventura del lenguaje y la imaginación, en una novela que también refleja tiempos violentos y turbulentos de nuestro presente, aunque se refieran al pasado». (Foto: María Luisa Severiano)
C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de julio de 2016. (RanchoNEWS).- Ana Karenina, la entrañable heroína del escritor ruso León Tolstoi, personaje literario que encarna la belleza sometida, el deseo, el adulterio, el desprecio y la marginación de una sociedad hipócrita, «fue autora de un libro para jóvenes». Carlos Paul reporta para La Jornada.
Tolstoi, mediante uno de sus personajes en su novela homónima, hace referencia a que Karenina era autora de un libro «de primera calidad... notable». Ese manuscrito, del que se hace una sola mención, llevó a Carmen Boullosa (CDMX, 1954) a escribir El libro de Ana.
La autora imaginó no sólo el contenido de esa narración, sino también cómo salieron del olvido, 30 años después, los folios de esa obra, en medio de un turbulento y subversivo momento político-social.
En la novela de Boullosa se reúnen acontecimientos y figuras históricas, así como personajes literarios, en un ámbito real y cotidiano, como onírico.
Se ubica en enero de 1905 en San Petersburgo, cuando un grupo de anarquistas intenta, mediante un atentado, impedir una manifestación multitudinaria encabezada por el sacerdote Gueorgui Gapón, líder de la clase obrera.
Así, lo que conduce al descubrimiento del libro de Ana es la venta al zar de un retrato de la atractiva Karenina, que se encuentra en posesión de su hijo Sergio, quien desea venderlo tanto por cuestiones económicas como por motivos personales, al no querer saber nada más de su madre.
Marginada por la sociedad
En un ámbito onírico se encuentran y confrontan Tolstoi (personaje histórico), Sergio, hijo de Karenina, quien lleva a cuestas la fama de la bella adúltera suicida (personaje de Tolstoi), y Claudia, esposa de Sergio, personaje creado por Boullosa.
En medio de ciertos sucesos históricos, «ese mundo de los sueños es importante, porque toda mi novela está bañada de opio», explica la narradora.
Ana, de acuerdo con Boullosa, «cuando rescribe su manuscrito, toma todas las noches láudano, un derivado del opio. Y cada día necesita más gotitas. Es comprensible, pues vive en medio de una terrible situación: su marido no le da el divorcio, está separada de su hijo; su hija no le interesa, su amante y ella están un poco aburridos uno del otro y la sociedad la margina.
«El láudano, entonces, le ofrece cierta tranquilidad para poder dormir, pero igual le provoca cierta alteración de la realidad. Así, estamos ante una mujer que era adicta, cuya conciencia es alterada por el opio.»
En esa novela, publicada por el sello Alfaguara, explica Boullosa, «dicha situación la emparenta con el mundo de los sueños; sueños que tienen Tolstoi, Sergio y Claudia, quienes, aunque llegan a reunirse en un mismo sueño, no sueñan lo mismo. Toda la novela está empapada de esos sueños, y aunque da cuenta de los acontecimientos históricos previos a lo que posteriormente se conoce como el Domingo sangriento o Domingo rojo, es ese ámbito onírico muy iluminador en la vida de los protagonistas».
Erotismo y desesperación
Para Carmen Boullosa, el manuscrito de Karenina «es un cuento de hadas, ensopado en opio, simbólicamente erótico, que refleja la desesperación que vive. Cargada de deseo. Es ella de niña, con su conciencia de adulta».
La referencia a ese manuscrito, en voz de uno de los personajes de la novela Ana Karenina, escrita por Tolstoi, es la siguiente: «Ana escribe como un deporte para ejercitar su inteligencia (...) Lo que escribe es para jóvenes; nadie sabe más de eso que yo, porque yo fui quien enseñó el manuscrito a Vordkief, el editor. Se lo llevé a él porque, como es también escritor, puede juzgar (...) Él me ha dicho que es de primera calidad, un libro notable».
El final de la novela original de Tolstoi es de llamar la atención, señala la escritora. «Se podría decir que ella no se suicida, sino que muere por error. Ella está en la orilla del andén del tren. No se lanza propiamente a las vías, está hincada y siente un golpe en la cabeza y entonces cae a las vías.
«Esa descripción de la caída de Ana Karenina nos da mucho qué pensar. Pocos personajes, como ella, son parte de nuestro imaginario colectivo popular. Es de justicia escribir sobre un libro perdido».
El libro de Ana, de Carmen Boullosa, «es una aventura del lenguaje y la imaginación. Es una novela que también refleja tiempos violentos y turbulentos de nuestro presente, aunque se refieran al pasado», concluye la autora.
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