La rapidez espléndida de esas nubes,
La súbita garra de la lluvia en los cristales
Como si la nada rubricase el mundo.
En mi sueño de ayer
El grano de otros años ardía a fuego lento,
Sin calor, en el suelo embaldosado.
Descalzos, lo apartaban nuestros pies como un agua límpida.
¡Oh amiga mía,
Qué distancia tan débil separaba nuestros cuerpos!
¡La hoja de la espada del tiempo que merodea
Hubiese allí buscado en vano lugar para vencer!
Versión de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán
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