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La obra entreteje insólitos testimonios y conmovedoras historias de vida de carteros y escribanos de los portales de Santo Domingo, en la Ciudad de México, cuyo oficio es redactar epístolas de todo tipo, desde las que sirven para un trámite jurídico hasta aquellas donde el remitente, desde la distancia y la ausencia, expresa alegrías, pesares, amor o afecto. Arriba, objetos en pequeña escala alusivos a esos intercambios epistolares, que utilizan los creadores escénicos Shaday Larios y Jomi Oligor para interactuar con el público. (Foto: Francisco Olvera)
C iudad Juárez, Chihuahua. 13 de julio de 2016. (RanchoNEWS).- Unas 600 cartas escritas a finales del siglo XIX, que dan cuenta de la relación amorosa y cotidianidad de aquella época, entre el ingeniero Manuel Lara hijo y Elisa Castando, quienes vivieron en San Luis Potosí, articulan la puesta en escena de La máquina de la soledad. Carlos Paul reporta para La Jornada.
Creada por Shaday Larios y Jomi Oligor, es una propuesta de «teatro documental hecho con objetos en miniatura», que desarrolla temporada en El Galeón del Centro Cultural del Bosque.
El montaje, para unos 50 espectadores por función, rinde homenaje al objeto carta y al correo postal, a la «ritualidad» de escribir y recibir una misiva; la obra entreteje insólitos testimonios y conmovedoras historias de vida de carteros y escribanos de los portales de Santo Domingo, en la Ciudad de México, cuyo oficio es redactar epístolas de todo tipo, desde las que sirven para un trámite jurídico hasta aquellas donde el remitente, desde la distancia y la ausencia, expresa alegrías, pesares, amor o afecto.
En escena se muestran las cartas que Manuel y Elisa se escribieron, mensualmente, durante un año. Sin sobre ni timbre postal, escritas en finos pliegos de papel, amarradas con delgados listones, esa correspondencia cobra singular relevancia; su anonimato se vuelve familiar y es reflejo de la intensidad de esa relación.
Pasado, presente y memoria
Shaday y Jomi son una especie de detectives-narradores que crean y activan distintos «micropaisajes», cuyos detalles son proyectados en tiempo real en una pequeña pantalla, con lo que generan un singular efecto de recorrer la intimidad de esas historias de vida.
En un ambiente cálido y cercano, ambos creadores escénicos relatan, explican, documentan y conversan con el público sobre su azaroso encuentro con esas cartas, sobre quiénes las escribieron y las condiciones y época, así como la manera en que todo eso ha repercutido su vida personal y trabajo profesional, pues los llevó a escribir un diario conforme las iban leyendo.
«Es como si estuviéramos investigando lo que nosotros hemos escrito. Como si el remitente estuviera escribiendo al mismo tiempo que las estamos leyendo», dicen en escena los creadores, a manera de juego entre pasado, presente y memoria.
En esa obra se cuentan varias historias: la de un cartero, «coleccionista de intimidades», y la de algunos escribanos que trabajan en los portales de Santo Domingo. Se hace un recorrido por la colonia Unión Postal, de la Ciudad de México, y se rememora el proyecto cubano que implicó crear un «cohete postal».
La correspondencia de Javier, testimonio de sus vicisitudes de migrante mexicano en Estados Unidos en los años 60 del siglo pasado, dedicada a Antonieta, y hallada en la azotea de un edificio, es otra historia para la cual se creó también un micropaisaje. Sin embargo, «por cuestiones metafísicas y por respeto allá donde estén», Larios y Oligor decidieron no relatar el contenido en la función del pasado jueves.
Al final propusieron enviar de manera simbólica una carta dedicada a los desaparecidos en México y en particular dedicaron una al creador escénico Fernando Landeros, quien el 30 de julio cumplirá tres años de haber desaparecido en Tampico.
La máquina... es resultado de la asociación de las compañías Microscopía Teatro y Hermanos Oligor, que desde hace años desarrollan un trabajo escénico documental con objetos a pequeña escala.
Las funciones, que concluirán el 17 de julio, son jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingos a las 18 horas en el teatro El Galeón (Reforma y Campo Marte).
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